*Ante la pérdida total que dejó Otis, habitantes abarrotan a diario la central camionera con rumbo a Chilpancingo y CDMX; pobladores prevén reactivación económica en uno o dos años
Acapulco. (1 de noviembre). – A una semana del impacto del huracán Otis, Acapulco vive el éxodo de su población por falta de víveres e insumos y porque se quedaron sin casa, por lo que buscan refugio con familiares y amigos.
En vehículo particular o autobús, miles de acapulqueños salen a diario en dirección a la capital del país, Querétaro, Puebla, Chilpancingo y otros municipios de Guerrero.
La terminal de camiones de la ciudad luce abarrotada y se realizan cerca de 100 corridas, en promedio, a Chilpancingo y a la Ciudad de México, en la mañana y tarde.
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Las unidades llevan entre 40 y 50 pasajeros de forma gratuita, incluso algunas personas se van paradas.
“¿Por qué me quiero ir de Acapulco? Porque no hay comida, no hay víveres, no hay cajeros abiertos, no hay luz. Es la necesidad de todo mundo, no [nos vamos] porque queramos irnos. Voy a Chilpancingo, quisiera irme a México unos días, pero a dónde voy a llegar”, dice desesperado Héctor Palacios.
Elizabeth de Loya cuenta que se va a la Ciudad de México con su familia, porque en el puerto no hay médicos que puedan atenderla durante su embarazo.
Por su parte, Eva comenta: “Me voy con mis hijas porque no hay luz, no hay medicamentos, todo está saqueado, y regreso ya que haya medicamento y si no, no regreso”.