noviembre 21, 2024

*Capitalizó la crisis económica y el desprestigio de los políticos para ganar votos en la clase media y los jóvenes. Varias de sus propuestas –como desparecer el Banco Central, dolarizar la economía, quitar subsidios a salud y educación— requieren la aprobación del Congreso, que no controla.

Por Rafael Croda

Argentina. (20 de noviembre). – El economista de ultraderecha Javier Milei ganó el domingo las elecciones presidenciales en Argentina y su triunfo demostró, de nuevo, que los ciudadanos de un país en crisis y con políticos desprestigiados pueden abrirle la puerta a opciones extremistas y a recetas facilistas que difícilmente dan resultados para resolver problemas complejos.

El libertario de 53 años, cuyo estilo confrontativo, irreverente y mesiánico es comparado en Argentina con el de Donald Trump, triunfó con propuestas que, según analistas, será muy difícil de llevar a la práctica, como desaparecer el Banco Central, dolarizar la economía, quitar subsidios a la salud y a la educación y autorizar la venta de órganos humanos.

El principal problema para Milei es que carece en el Congreso del apoyo necesario para hacer aprobar las leyes que haría posible la concreción de ese tipo de iniciativas, la mayoría de las cual requiere mayoría calificada y enfrentan el rechazo del peronismo, que tiene una gran fuerza legislativa, y de parte de sus aliados de la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio, del expresidente Mauricio Macri, quien lo respaldó en esta segunda vuelta electoral.

El triunfante candidato, quien se define como un “anarcocapitalista”, ha dicho que permitirá el porte de armas a los ciudadanos para que se defiendan de la delincuencia y que congelará las relaciones con “dictaduras comunistas” como Brasil y China, los dos principales socios comerciales del país.

Sin embargo, en su primer discurso al país tras su victoria, Milei eludió mencionar ese tipo de propuestas y se limitó a plantear generalidades. Dijo que con su triunfo comienza el fin “de la decadencia argentina” y del modelo “de Estado omnipresente” que, según afirmó, es el causante de la profunda crisis económica y social que registra el país.

El economista de extrema derecha, quien ganó con una ventaja de 11 puntos al candidato peronista Sergio Massa, insistió en que Argentina volverá a ser “una potencia mundial” y que su programa libertario privilegiará la actividad privada y el imperio de la ley.

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