noviembre 25, 2024

Cuernavaca Mor.(5 de octubre) Gaby fue víctima de un cobarde y atroz atentado que le arrebato’ la vida y dejó huérfana a una bebita en ese entonces de cuatro meses, que hoy sigue sin poder acceder a la justicia.

A Gaby la mataron un par de sicarios a bordo de una motocicleta, afuera de una farmacia, en la avenida que, lastimosamente, se llama Poder Legislativo.

Hoy, a un año de su partida, nadie la nombra, si no son sus familiares y amigos. Después de su asesinato, Gaby no volvió a figurar en la prensa nacional. Pero yo no te olvido: Gaby, me dueles mucho y no puedo pensarte sin llorar.

Me duele pensar en tu bebé, tu familia, tus amigos. Me duele que a un año no hemos logrado justicia, ni la reparación del daño y tampoco la pensión para tu hija. No veo a ningún titular de los poderes indignados por lo que te sucedió y tampoco buscando justicia. En cambio, sí ha habido un borrado, un silencio cómplice de “Aquí no pasó nada”.

Tu caso refleja la máxima descomposición de nuestro estado, que ha encabezado en los últimos años las tazas de feminicidio. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a agosto de 2023, en Morelos hubo 61 presuntas víctimas de feminicidio, lo que ubica a nuestro estado como el sexto con mayor taza de feminicidio a nivel nacional. Morelos es uno de los diez estados con más casos totales de feminicidio, pese a que es el estado número 23 de densidad poblacional, lo que significa que es uno de los estados más peligrosos para nacer, crecer, vivir o transitar, siendo mujer.

A un año del feminicidio, el avance del caso es nulo. Por eso, el 28 de febrero de este año, emplacé al Fiscal para que diera resultados, a más tardar, en un mes. Han pasado ya 7 meses desde entonces. Hasta el día de hoy nadie sabe quiénes fueron los autores intelectuales y materiales del feminicidio político de Gaby. Ni siquiera hay alguna ficha de búsqueda en contra de alguno de los asesinos de la diputada, pese a que las cámaras de videovigilancia captaron a los agresores huyendo cobardemente.

En el presupuesto anual del estado, se aumentaron 20 millones de pesos para la Fiscalía Especializada para la Investigación y Persecución del Delito de Feminicidio, ante las necesidades y demandas de las mujeres morelenses y, aun así, no ha habido los resultados esperados.

El feminicidio Gaby Marín es el acto de violencia feminicida y violencia política más grave que haya sufrido esta legislatura. En ese horrible evento, se victimizó también a la soberanía del Poder Legislativo y a la ciudadanía morelense. La violencia política pone en riesgo la voluntad del pueblo, porque impide que se materialice la soberanía popular, impide que la gente pueda exigir sus derechos y que el Estado pueda garantizarlos.

A ninguna mujer debería costarle la vida el estar en la política.

He intentado volcar este dolor e indignación en mi trabajo legislativo, porque lo personal es político y lo político se vuelve personal.

Como diputada y como feminista, quisiera una sociedad en donde la vida y el bienestar de las mujeres sea importante, donde las víctimas estén al centro, donde la justicia sea lo que nos convoque.

El combate a la impunidad y la corrupción es prioridad para quienes integramos la Cuarta Transformación y compartimos el proyecto de justicia del presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Construir un territorio de paz, donde las mujeres seamos una prioridad es y ha sido mi principal interés.

No estoy dispuesta a olvidar lo que le hicieron a mi compañera ni a respaldar la opacidad de la investigación de su feminicidio. La memoria de Gaby Marín sigue viva.

En este caso, como en todos los casos de feminicidio, el silencio es indignante y la impunidad intolerable. Ni perdón, ni olvido. Justicia para Gaby y para todas las víctimas de feminicidio

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